LA TORTUGA LILY
En un lunes normal de colegio, la tortuga Lily llegaba tarde al colegio como cada día. Sus compañeros estaban ya preparados para empezar sus clases. Al llegar la profesora escribió en la pizarra un trabalenguas y les propuso a sus alumnos que lo leyesen en voz baja.
La tortuga Lily lo intentó:
- El cie-lo está en-la-dri-lla-do, quién lo de-sen-la-dri-lla-ra,….
Y volvia a empezar una y otra vez.
- El cie-lo está en-la-dri-lla-do,…
No conseguía decirlo entero.
La profesora escribió otro en la pizarra:
La tortuga Lily lo intento nuevamente con este trabalenguas, pero tampoco le salía entero.
– “¿Para qué preocuparme en hacerlo si luego mis compañeros lo terminarán más rápido? Mejor me dedico a jugar y a descansar”.
– “No es una gran idea”, dijo una hormiguita. “Lo que verdaderamente cuenta no es hacer el trabajo en tiempo récord, lo importante es hacerlo lo mejor que sepas, pues siempre te quedarás con la satisfacción de haberlo conseguido. Hay trabajos que requieren más tiempo y esfuerzo. Si no lo intentas, nunca sabrás lo que eres capaz de hacer y siempre te quedarás con la duda de qué hubiera sucedido si lo hubieras intentado alguna vez. Es mejor intentarlo y no conseguirlo, que no hacerlo y vivir siempre con la espina clavada. La constancia y la perseverancia son buenas aliadas para conseguir lo que nos proponemos, por eso te aconsejo que lo intentes. Podrías sorprenderte de lo que eres capaz”.
– “¡Hormiguita, tienes razón!”
- "¿Quieres que te cuente una historia?”, le preguntó la Hormiguita a Lily, la tortuga.
- "Si”, le respondió Lily.
Y la Hormiguita empezó a contarle el cuento:
Una bella historia
os voy a contar,
un pequeño pájaro
no podía volar.
De un árbol a otro
caía por las ramas,
y nunca volaba,
por más que lo intentaba.
Una y otra vez
de noche y de día,
este pajarito
con tensión insistía.
Una de las veces
al suelo cayó,
se dio en la cabeza,
y se desmayó.
Pero al despertar
no se avergonzó,
todo lo contrario
de nuevo lo intentó.
Tanto insistió
que el milagro ocurrió
y al mover sus alas
un día voló.
- “Esas palabras son lo que necesitaba: alguien que me ayudara a comprender el valor del esfuerzo, prometo que lo intentaré.”, dijo Lily, la tortuga al haber escuchado la historia.
Así, Lily, la tortuga, empezó a esforzarse en sus quehaceres. Se sentía feliz consigo misma pues cada día lograba lo que se proponía, aunque fuera poco, ya que era consciente de que había hecho todo lo posible por conseguirlo.
Hola, Carlos. Me ha gustado mucho como lo has leído, lo has hecho genial. Tu capacidad de entonar es muy buena, me ha sorprendido mucho. Ten cuidado con la pronunciación de algunas palabras y con los signos de puntuación, aprovecha para coger aire en los puntos y las comas. ¡Enhorabuena! 👍😁